Mantengamos nuestra lengua y cultura
Las lenguas nativas y otras lenguas que dominan los inmigrantes son tan valiosas como la lengua mayoritaria, y deben ser tratadas como gemas y tesoros especiales para ser disfrutados, adorados y conservados. (Catalano, 2016, p. 93, trad.a.)
Resaltamos la importancia de un aprendizaje bilingüe o multilingüe; mantener la lengua de herencia es un recurso complementario a los conocimientos adquiridos desde la educación inicial hasta la educación superior. Como subraya Krashen (1998) “los bilingües se desenvuelven igual o mejor que los monolingües en la sociedad. Adicionalmente, no existe evidencia que el multilingüismo sea malo para la sociedad. No hay evidencia que el bilingüismo sea dañino; de hecho es beneficioso” (p. 31).
Probablemente muchos de ustedes están experimentando varios problemas de comunicación, identidad y relación con sus hijos debido a ellos comprenden y hablan muy poco español aunque usted lo hable continuamente en casa. El cambio por la lengua mayoritaria y la disminución en el uso del español puede llevar a la pérdida de la lengua de herencia. Muchos investigadores mencionan la pérdida en la tercera generación, aunque en algunos casos podría ocurrir antes, dependiendo del grado de recursos disponibles, la frecuencia de la comunicación, intercambio de información con otros hispanohablantes y la motivación, entre otros.
Uno de los elementos más importantes al conservar la lengua de herencia es el mantener la comunicación con la familia, especialmente con los padres o tutores. En Japón hemos observado muchos casos en los cuales los niños aprenden el japonés desde temprana edad y prefieren hablarlo con sus amigos e incluso en casa. Poco a poco el español es reemplazado y los niños van adquiriendo más vocabulario en la lengua mayoritaria. Esto conlleva a que los padres, sino cuentan con un nivel de japonés igual o mayor al de sus hijos, van perdiendo la comunicación con ellos y se crea un conflicto intergeneracional en la familia (Cho y Krashen, 1998, pp.31-39). El mantener el español permite una comunicación con familiares y amigos de la comunidad hispanohablante en el nuevo país, reforzándose así la identidad y cultura del país de origen. A través de comunicaciones telefónicas, internet o cartas se mantiene el contacto con familiares (comúnmente abuelos, tíos o primos) y amigos del barrio o escuela.
Hablar español y conocer la cultura de ambos países es una ventaja importante para el futuro de los hijos de los inmigrantes, proporciona una forma de pensar más flexible y mayores oportunidades laborables, además de permitir el intercambio cultural entre ambas o más naciones.
Mientras su hijo esté en la escuela, tal vez ellos o usted no perciben con claridad los beneficios del aprendizaje de más de una lengua. A través de las entrevistas e investigaciones, muchos hijos hasta el periodo de la adolescencia o hasta la vida universitaria o laboral comprenden la utilidad y ventajas que conlleva el aprendizaje de la lengua de sus padres. Aunque se puede retomar el aprendizaje de adulto, sería ideal que los padres no dejen de lado el español mientras sus hijos están pequeños y estamos seguros que en futuro se lo agradecerán.
Entre las innumerables ventajas del bilingüismo, García (2009, pp. 93-107) las agrupa en ventajas cognitivas y ventajas sociales. En el primer grupo se incluye la mayor habilidad analítica de los bilingües, es decir que pueden no solo relacionar las palabras con los sonidos sino con el significado del objeto y el uso del mismo. Los bilingües son capaces de pensar en forma más flexible y creativa, además de buscar soluciones más innovadoras a problemas que se presenten. La sensibilidad comunicativa que poseen permite tener en cuenta las necesidades de los receptores y el contenido que se comunica. No es raro encontrar a personas que dominan no solo dos, sino tres, cuatro o más lenguas, la habilidad de aprender una segunda lengua facilita el aprendizaje de lenguas adicionales.
Asimismo, el aprendizaje de la lengua de herencia conlleva ventajas socioeconómicas, al considerarse el bilingüismo como un capital con valor económico. No solo nos referimos a salarios mejor remunerados, o a las mayores y mejores oportunidades de trabajo de los bilingües, sino al sector de servicios y comercio que generan los hispanohablantes en una sociedad. Adicionalmente, los bilingües tienen la ventaja del empleo y acceso a recursos tecnológicos e información en varios idiomas. Se considera que las habilidades lingüísticas se complementan con otros conocimientos técnicos y representan ventajas significativas para las inversiones y el comercio.
Por otro lado, García (2009, p. 100) señala el bilingüismo como uno de los elementos que participan en la formación de la identidad del bilingüe, una identidad múltiple construida de ambas o varias comunidades donde el bilingüe se ha educado. Los conocimientos culturales son adquiridos de dos culturas diferentes, de esta manera el bilingüe puede ser más consciente de las diferencias de ambas culturas y crear una tercera en la que recoge elementos de ambas.
Ada, Campoy y Baker (2017, pp. 98-106) señalan la característica cambiante de la identidad de los bilingües o multilingües, “Para un niño o un adulto es natural tener identidad distinta en contexto diferentes, que cambiarán con el tiempo.” Probablemente usted y sus hijos hayan experimentado estos cambios durante su vida en diversos países. Una lengua permite identificarse con el lugar de origen y cultura, aunque por sí sola no permite definirnos, es uno de los aspectos de la identidad. En respuesta a una de las interrogantes más frecuentes en relación a los conflictos de identidad producidos por el bilingüismo, Ada, Campoy y Baker mencionan que el bilingüismo no es la causa de dichos conflictos, sino que existen otras condiciones como problemas sociales, familiares, económicos y políticos que generan la crisis de identidad y “los idiomas tienden a crear puentes en lugar de muros” (p. 101).